¿Qué significa el 8 de marzo?
10 March 2023
por Carmen Delia Cruz
Los
antecedentes del Día Internacional de la Mujer datan del 8 de marzo
de 1857, pero más de un siglo después de luchas vemos que las
problemáticas persisten y en algunos casos empeorado.
En
Nueva York, miles de trabajadoras de la industria textil
protagonizaron protestas por las pésimas condiciones laborales que
sufrían y reclamaron recortes de las jornadas laborales. Asimismo,
clamaban por la eliminación del trabajo infantil. Más de un
centenar de ellas resultaron muertas por la represión brutal de la
policía de entonces. Otros trágicos incidentes en los cuales
participaron mujeres trabajadoras continuaron ocurriendo en EE. UU. y
el resto del mundo, sin que mejorara la situación de los obreros y,
particularmente, de las mujeres.
Pasaría
más de medio siglo, hasta que en 1911 tuviera lugar la primera
celebración del Día Internacional de la Mujer en Alemania, Austria,
Dinamarca y Suiza, para irse difundiendo posteriormente a otros
países. Influyó en ello la II Conferencia Internacional de Mujeres
Socialistas, efectuada en Copenhague, en la cual se aprobó la
propuesta de la luchadora alemana por los derechos femeninos, Clara
Zetkin, respecto a establecer un Día de la Mujer Trabajadora.
La
defensa de los derechos de las mujeres y el reclamo de la igualdad de
género persistieron durante el siglo XX, manteniendo una vigencia
tal que la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su
resolución 3010, declaró en 1975: “Año Internacional de la
Mujer” y en 1977 invitó a los estados a instaurar un Día
Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En
general, todo marzo se emplea para promover la lucha por la igualdad
efectiva de derechos para las mujeres del mundo y abogar por sus más
justos derechos.
En
Canadá, hace cien años tuvieron lugar actuaciones notables en favor
de los derechos de las féminas. Ejemplo de ello fue que un grupo de
mujeres - conocidas como “las 5 magníficas”, cuyos esfuerzos en
1929 permitieron que las mujeres en Canadá fueran consideradas
legalmente como personas. También se distinguieron varias luchadoras
en favor del sufragio femenino.
La
Carta Canadiense de Derechos Humanos (Canadian
Human Rights Act)
establece la igualdad de oportunidades. La agencia federal canadiense
Status
of Women Canada
se esfuerza en aumentar la autonomía económica de las mujeres, en
promover el empoderamiento de las mismas y luchar por el fin de la
violencia machista, entre otros aspectos. Aunque, en Canadá pueden
producirse ocasionalmente violaciones de los derechos de las mujeres,
en general las bases legales para evitarlas están definidas y el
gobierno otorga fondos a la orientación y controles judiciales, a
través de las organizaciones no gubernamentales especializadas como
el Centro
para Gente de Habla Hispana,
Ontario
Women’s Justice Network,
el Consejo
de Desarrollo Hispano,
FCJ
Refugee Centre,
entre otras.
Con
ese espíritu se han celebrado nutridas y bulliciosas manifestaciones
en áreas públicas canadienses por parte de las mujeres latinas. Si
bien la pandemia de la COVID-19 restringió este tipo de actividades,
las mujeres aquí no se han detenido en su deseo de combatir por sus
legítimos derechos. Lejos de ello, han volcado sus capacidades
mediante el empleo de las redes sociales. Ahora usan Facebook,
Twitter o Instagram,
el Zoom
Meeting,
bajo el auspicio de organizaciones como el Consejo de Desarrollo
Hispano, por ejemplo. Publican artículos y anuncios, realizan
talleres sobre temas inherentes a la mujer y llegan así a una
audiencia amplia que puede influir en su familia y en la comunidad.
Considerando
que en el momento actual las redes sociales juegan un papel
trascendental, debemos usarlas en bien de la humanidad y de la
igualdad de géneros con un enfoque de respeto y conciencia social
hacia las futuras generaciones.
En
algunos países de América Latina, el 8 de marzo da lugar también a
intensas protestas y manifestaciones contra la desigualdad de género
y todos los males que afectan a todavía a millones de mujeres en la
región como los derechos reproductivos, la igualdad salarial y el
feminicidio, que son temas acuciantes que cada vez más exigen a los
gobiernos acciones y legislación que den respuestas a estas
necesidades.
Motivadas
por los dramas que sufren infinidad de mujeres en la región algunas
organizaciones feministas proclaman que el 8 de marzo no es un día
para felicitar a las mujeres, sino un día para reconocer las graves
desigualdades a las que nos enfrentamos las mujeres. Un día para
continuar la lucha como cualquier otro.
Es
muy cierto. Pero, si bien persiste hasta hoy un terrible caudal de
experiencias dolorosas, las mujeres, a la vez que persistimos en el
logro de nuestros derechos, no tenemos que renunciar a las flores ni
a las felicitaciones, a los abrazos, postales o gratos festejos que
nos ofrecen nuestros colegas de trabajo, nuestros cónyuges, hijas e
hijos, y todas las personas que sinceramente quieran homenajearnos
por nuestro trascendente e insustituible papel en la vida.
Además
de la perpetua memoria de lo trágico y doloroso que ha acompañado a
las mujeres históricamente, también hace falta mantener la alegría
de vivir y el homenaje que inspiren y ayuden a continuar.
Mujeres
latinoamericanas
Aprovechemos
esta oportunidad y rememoremos hoy con regocijo que nuestra América
Latina ha proporcionado al mundo mujeres ejemplares en las luchas por
la independencia, la libertad, los derechos humanos y el medio
ambiente. Bastaría recordar a las excelsas patriotas como la
ecuatoriana Manuela Sáenz, la mexicana Leona Vicario, la
guatemalteca Rigoberta Menchú (Premio Nobel de la Paz en 1992) o la
hondureña Berta Cáceres, asesinada por su activismo medioambiental
en el 2016.
Para
orgullo nuestro, varias mujeres latinoamericanas han hecho notables
aportes al arte y la literatura universales. La chilena Gabriela
Mistral fue la primera persona latinoamericana en recibir el Premio
Nobel de Literatura en 1945.
De
los seis merecedores latinoamericanos del importantísimo Premio de
Literatura en Lengua Castellana, Miguel de Cervantes, cuatro son
mujeres de América Latina: la cubana Dulce María Loynaz en 1992, la
polaco- mexicana Elena Poniatowska en 2013 y las uruguayas Ida Vitale
y Cristina Peri Rossi en 2018 y 2021 respectivamente.
Los
libros de la escritora chilena Isabel Allende ascienden a 73 millones
de ejemplares y sus obras se tradujeron a 42 idiomas, considerándose
la escritora viva más leída del mundo en lengua española.
En
las artes plásticas descuella el nombre de la mexicana y universal
Frida Kahlo.
Alicia
Alonso de Cuba, las argentinas Marianela Núñez y Paloma Herrera o
Elisa Carrillo de México han sido o son glorias del ballet,
reconocidas mundialmente.
La
región ha contado también con varias presidentas de las repúblicas,
ministras, funcionarias de alto nivel, científicas, académicas,
diplomáticas, empresarias y deportistas de renombre.
Se
cuenta con millones (o billones) de mujeres que día a día
trascienden las dificultades, que velan por sus familias, por el bien
de la sociedad y de la paz en el mundo.
Sin
dudas, queda mucho por hacer en favor de la igualdad de género y el
respeto pleno a los derechos de las mujeres. No podemos ignorarlo.
Pero, al mismo tiempo, en esta significativa fecha, debemos también
honrar a las muchas mujeres de nuestra región que han podido
trascender las barreras y salir adelante para que ellas nos sirvan
siempre de faro y guía.
El
tema que promueve Naciones Unidas este 2023 por el Día Internacional
de la Mujer es: “Por
un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la
igualdad de género”
de acuerdo con el tema prioritario del sexagésimo séptimo período
de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la
Mujer de las Naciones Unidas: “La innovación y el cambio
tecnológico, y la educación en la era digital para alcanzar la
igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y
niñas”.
Fuentes: