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Boletín No 141 Toronto, 24 de Marzo de 2023
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Inmunidad colectiva

Boletín Línea Uno 141 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
24 March 2023

por Sandra Farias

Canadá logró evitar una ola severa de COVID-19 este invierno a pesar de la falta total de restricciones de salud pública y, por primera vez, tras sucesivas olas de la enfermedad, incluida la más fatal que fue Ómicron, se ha llegado a controlar los brotes.

Esto se logró gracias a la inmunidad híbrida proporcionada por la vacunación y el elevado porcentaje de infecciones previas a nivel comunitario. Se estima que más del 76 por ciento de los adultos canadienses y cerca del 90 por ciento de los adultos jóvenes (de 17 a 24 años) ya han tenido la enfermedad.

Aun así, el coronavirus, que muta rápidamente, todavía circula mucho entre la población, sobre todo en espacios con poca ventilación como transportes, escuelas y lugares cerrados.

Después de tres años de pandemia y más de 50 mil muertes en Canadá, las autoridades de salud del país consideran que finalmente se ha alcanzado un estado relativamente estable de contagios.
La buena noticia es una protección sostenida contra la enfermedad grave.
Se estima que el 80 por ciento de los canadienses recibieron al menos dos dosis de una vacuna anti-COVID y más del 50 por ciento ha tomado las dosis de refuerzo.

La creciente investigación ha demostrado consistentemente que la protección híbrida de la vacunación y la infección es superior a la inmunidad de la infección previa por sí sola, lo que significa que aquellos que han estado infectados previamente aún deben vacunarse.

En ese sentido, la vacunación sigue siendo la ruta preferida para adquirir inmunidad, debido a la fuerte protección que brinda contra enfermedades graves y el riesgo continuo de complicaciones de COVID en grupos vulnerables.
"La inmunidad inducida por la vacuna es lo que nos llevó al punto de preguntarnos si la inmunidad híbrida es lo que nos está sacando de la pandemia", dijo John Wherry, director del Instituto de Inmunología de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.

Un estudio canadiense de trabajadores de la salud en Quebec publicado en The Lancet Infectious Diseases en enero encontró que dos dosis de una vacuna de ARNm y una infección previa de Omicron ofrecían una protección sustancial contra futuras infecciones de subvariantes de Ómicron.

"Es importante destacar que esta protección parece disminuir poco con el tiempo durante el seguimiento de un año, lo que contrasta con la pérdida de efectividad con el tiempo entre las personas vacunadas, pero no infectadas previamente", sostiene el estudio. "También observamos que la protección contra la inmunidad híbrida se mantuvo incluso para variantes y subvariantes distantes en comparación con la protección contra la infección sola".

La investigación también encontró que aquellos con una infección previa tenían una reducción del 90 por ciento en el riesgo de hospitalización BA.4/5 cuando se combinaban con la vacunación, en comparación con solo alrededor del 70 por ciento si no estaban vacunados y solo tenían inmunidad contra la infección.

Otro estudio de 613 pacientes publicado en Science Translational Medicine encontró que las personas que habían recibido una vacuna contra el COVID-19 después de una infección mostraron respuestas inmunitarias mucho más fuertes que aquellas que solo estaban vacunadas o solo infectadas.

Y una revisión sistemática reciente de 65 estudios de 19 países en The Lancet encontró que una infección previa de COVID-19 redujo el riesgo de hospitalización y muerte por una reinfección hasta en un 88 por ciento durante al menos 10 meses, equivalente a dos dosis de un vacuna de ARNm.

Pero pese al descenso de casos y mortalidad por COVID, la comunidad científica no ha bajado la guardia ante la llegada de cepas Omicron inmune-evasivas. La pregunta es qué tan listo está cada país. ¿Canadá está preparada?
Esto depende si se mantiene la inmunidad híbrida en la población, lo cual determinará la frecuencia con la que se deben ofrecer dosis de refuerzo adicionales. Asimismo, es necesario seguir protegiendo aún más a las personas ancianas e inmunocomprometidas que tienen menos probabilidades de haber tenido una infección previa.

El Dr. Gaston De Serres, epidemiólogo del Instituto Nacional de Salud Pública de Quebec que investiga la inmunidad híbrida y es coautor de la investigación con la Dra. Sara Carazo, explicó al respecto en una entrevista con CBC que el panorama de la inmunidad es drásticamente diferente en los adultos más jóvenes que en los canadienses
Como se sabe las hospitalizaciones, en su mayor parte, ocurren en personas mayores. De allí que el grupo de personas que tienen más de 70 años y que aún no se han infectado sigue siendo bastante importante, y podemos esperar que las hospitalizaciones futuras, en su mayor parte, ocurran en este segmento de la población.

Un mejor acceso a los tratamientos antivirales que se pueden administrar a los canadienses mayores al inicio de una infección por COVID-19 también puede ayudar a reducir la cantidad de hospitalizaciones, así como el hecho de que Ómicron y sus subvariantes parecen menos graves que las cepas anteriores.
Es importante recordar que las vacunas de refuerzo se recomiendan para personas de alto riesgo a partir de esta primavera.

Las nuevas recomendaciones del Comité Asesor Nacional sobre Inmunización (NACI) describen que se puede ofrecer una dosis de vacuna adicional en un intervalo estándar: seis o más meses desde la última dosis de vacuna contra el COVID-19, lo que sea más largo — para personas con un mayor riesgo de enfermedad grave:
Residentes adultos de hogares de atención a largo plazo y otros entornos de vida colectiva para personas mayores o personas con necesidades de atención médica complejas.
Adultos de 18 años en adelante que estén inmunocomprometidos de moderados a graves, ya sea debido a un tratamiento médico o una condición de salud subyacente.
Adultos de 65 a 79 años, particularmente si no tienen un historial previo conocido de infección por COVID, además de cualquier persona de 80 años en adelante.
La vacunación contra la COVID-19 durante el embarazo ayuda a proteger a los recién nacidos, confirmo un reciente estudio canadiense.
  

Las vacunas COVID-19 bivalentes que contienen Ómicron y basadas en ARNm son la opción "preferida" para las vacunas de refuerzo, escribió NACI.

Intervalos son la clave

En este momento, el comité no recomienda un refuerzo de primavera adicional para las personas de la población general que ya recibieron todas las dosis recomendadas anteriormente, confirmó la directora de salud pública, Dra. Theresa Tam, en un comunicado en las redes sociales.

Otro de los objetivos clave para el futuro es tratar de mejorar la tecnología de la vacuna COVID-19 para recrear la protección que brinda la inmunidad híbrida en las personas que aún no han sido vacunadas, como los niños y las que son más vulnerables a enfermedades graves.

En cuanto al tiempo de intervalo de seis meses, NACI enfatizó que la evidencia muestra que "la respuesta de anticuerpos es mayor con intervalos más largos entre la infección y la vacunación y con intervalos más largos entre las dosis de vacunación", aunque no hay riesgo de seguridad asociado con intervalos más cortos.

Recientemente, quedó claro que "el tiempo transcurrido desde la última vacunación" es el determinante más importante de la protección contra la infección, más que la cantidad de vacunas, según explicó el inmunólogo de la Universidad McMaster, Matthew Miller.

La experiencia de Ómicron

En Estados Unidos se busca que las vacunas contra el COVID-19 se parezcan más a la vacuna anual contra la gripe. Esto debido a la constante amenaza de las mutaciones y después de la experiencia con las sucesivas olas de Ómicron.
El virus del Ómicron mató al menos a un millón de personas en todo el mundo a partir del 2021 y volvió a poner en jaque a todo el sistema de salud, que ya se había instalado en los países tras el inicio de la pandemia.

Rápidamente quedó claro que Ómicron se diferenciaba de otras variantes como Alpha, Beta y Delta, debido a las docenas de mutaciones que le permitían propagarse de manera mucho más efectiva, lo que llevó a la OMS a clasificarlo casi de inmediato como una variante preocupante.

Un nuevo estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal esta semana que analizó miles de muestras de sangre en la Columbia Británica encontró un cambio masivo en el nivel de infección después de que Ómicron tocara tierra en Canadá el año pasado.

Para septiembre de 2021, menos del 15 por ciento tenía evidencia de anticuerpos de una infección anterior. Pero para marzo de 2022, después de que la primera ola masiva de Ómicron azotara a la población, cerca del 40 por ciento de la población tenía evidencia de una infección previa.

La mayoría de los canadienses ahora han contraído COVID, entonces, ¿qué significa eso para el futuro?
Para agosto de 2022, la mayoría de la población menor de edad y adultos jóvenes tienen evidencia tanto de infecciones como de anticuerpos inducidos por la vacuna.

Los datos también encontraron que el nivel más alto de infecciones se encontraba en los canadienses menores de 19 años, con al menos 70 a 80 por ciento de los jóvenes mostrando evidencia de infección previa, pero menos de la mitad de los adultos mayores de 60 años habían sido infectados.

La investigación también coincide con los datos nacionales del Grupo de trabajo de inmunidad COVID-19 del gobierno federal que sugiere que más del 70 por ciento de los canadienses de costa a costa se habían infectado previamente hasta el 15 de octubre, un aumento masivo durante el año pasado.

Eso significa que durante toda la era de Omicron fuera de la pandemia, incluso cuando circularon las subvariantes BA.2, BA.4 y BA.5, al menos 25 millones de canadienses se infectaron entre el 1 de diciembre de 2021 y el 1 de octubre de 2022, independientemente de las restricciones vigentes.

¿Habrá un Pi?

Ómicron no ha mostrado signos de desaceleración y continúa mutando rápidamente y generando nuevas subvariantes con propiedades inmuno-evasivas como BQ.1.1, BQ.1, BA.2.75.2 y XBB, algunas de las cuales conforman el mosaico de cepas que circulan actualmente en Canadá.

La Dra. Allison McGeer, microbióloga médica y especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Mount Sinai de Toronto que trabajó en la primera línea de la epidemia de SARS en 2003, dijo que podría surgir una nueva variante de preocupación (que se espera que se denomine Pi, pero también podría no ocurrir.

El médico más creíble de Estados Unidos, el Dr. Anthony Fauci dijo que tratar de predecir el próximo movimiento de Ómicron es una "pregunta sin respuesta" que depende de la cantidad de virus que se propaga globalmente y de las mutaciones.

Pero el Dr. Fauci dijo que la otra gran posibilidad es que terminemos con la aparición de una nueva variante que está tan alejada de Ómicron como Ómicron lo estaba de Delta.

No lo sabemos y la mejor manera de evitar que eso suceda es vacunar a tantas personas como sea posible para reducir el nivel de transmisión y la enfermedad a un nivel lo suficientemente bajo como para que no tenga una oportunidad abrumadora”, ha dicho Fauci en sus últimas apariciones.

La otra cosa urgente para poder terminar con la pandemia definitivamente es desarrollar mejores vacunas que tengan una mayor amplitud de protección, de modo que protejan contra esencialmente todas las variantes del SARS-CoV-2.




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