La sal en exceso enferma

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Boletín No 141 Toronto, 24 de Marzo de 2023
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La sal en exceso enferma

Boletín Línea Uno 141 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
24 March 2023

por Edna Amador

Cuando Jesús en su sermón del Monte, según el Evangelio de Mateo, le dijo a la gente congregada que eran “la sal de la tierra”, el Mesías no se refería a la fuerza en el sabor de la sal, sino a su valor. (1)

Y, es que en tiempos bíblicos y miles de años antes, la sal era un recurso muy valioso porque no existía en la disponibilidad global de hoy día. La sal era muy cara y hasta fue usada como moneda. La palabra salario se deriva de la palabra sal, posiblemente debido a un antiguo impuesto aplicado a la misma, o porque según cuentan, los soldados romanos dentro de su pago recibían una asignación extra para comprar sal, que era una materia prima muy cara pero necesaria para el desempeño de sus campañas militares. (2)

Actualmente, la sal es tan accesible para todos que no se necesitan más que centavos para comprar una libra y además está fortificada con yodo. La sal no puede faltar en ninguna cocina porque sus granos son como cristales mágicos que le agregan sabor.  

El sodio es vital para el cuerpo, pero la gente en la actualidad consume casi el doble de lo recomendado afectando seriamente la salud.
El cloruro de sodio es el nombre del compuesto químico que todo mundo conoce como sal de mesa y que ha sido usada por la humanidad por miles de años e incluso ayudó a desarrollar civilizaciones, al ser utilizada para preservar alimentos (porque donde hay gran cantidad de sal no crece bacteria), permitir su transportación a largas distancias y de paso eliminar la dependencia por la comida fresca o en estación. (3)

La sal comestible se halla en el mar y también en el mineral de halita o la sal de roca, que es el resultado de fuentes antiguas de agua que se secaron.

El sodio y la salud

El cuerpo humano necesita de una pequeña cantidad de sodio para transportar los impulsos de los nervios, contraer y relajar músculos y mantener el balance correcto del agua y minerales.  
El organismo requiere de alrededor de 500 miligramos de sodio por día para mantener estas funciones vitales, pero demasiado sodio en la dieta puede aumentar la presión arterial y dar paso a problemas cardíacos y accidentes cerebrales.  El exceso de sal en el cuerpo también causa pérdida de calcio al sustraerlo de los huesos. (4)

En la mayoría de las personas, los riñones se ven en problemas procesando el exceso de sodio. En la medida que la sal se acumula, el cuerpo retiene agua para diluirla y esto incrementa la cantidad de líquido alrededor de las células y el volumen de sangre en venas y arterias, lo que significa más trabajo para el corazón y más presión en la válvulas. Con el tiempo, ese trabajo y presión extras pueden endurecer los vasos sanguíneos aumentando la presión arterial hasta provocar un ataque al corazón y hasta derrame cerebral. También puede causar fallo cardíaco. Existe la evidencia que mucha sal puede dañar el corazón, la aorta y los riñones, sin previamente incrementar la presión arterial.

Los síntomas inmediatos tras comer mucha sal son aumento de la sed, manos o pies inflamados y en algunos casos dolor de cabeza, por lo que comer demasiada sal con el tiempo resulta en consecuencias serias y crónicas de salud. La sal hace que la gente beba más, y si la gente bebe más bebidas azucaradas o altas en calorías es porque están consumiendo más sal.

La gente antes tenía que buscar y hasta pelear por la sal, pero en la actualidad la mayoría de la sal en la dieta no proviene tanto de las frutas, vegetales, granos o carnes que consumimos - que tienen muy bajo contenido, ni siquiera de la que agregamos a los platillos que cocinamos o de la que le ponemos al plato del salero en la mesa, sino de las comidas comercialmente preparadas.

Consumo casi al doble

La mayoría de la sal en la dieta humana es mucha más que los 5 gramos o la cucharadita diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según un informe de la OMS, los canadienses en promedio están consumiendo 9.1 gramos de sal al día, casi el doble de la recomendación y según los expertos en dieta, la mayoría de esa sal, más del 75%, proviene de las comidas de restaurantes y las procesadas que venden los supermercados.

La doctora Mary Sco, residente de medicina del Hospital College para Mujeres de Toronto, y quien también tiene un doctorado en Ciencias de Nutrición, dice que la primera cosa que le recuerda a sus pacientes es “que la mayoría de la sal que consumen es la que ya trae la comida, pero no la que ellos le agregan”.

La presión arterial alta o hipertensión es el riesgo mayor en la enfermedad del corazón, que de paso es una de las principales causas de muerte y discapacidad en Canadá, dice Sco.
En el año 2020, casi 54 mil personas fallecieron a causa de enfermedad cardíaca, según el Ministerio de Estadísticas de Canadá.

La dietista Samantha Chabior en el programa “The Dose” (La Dosis) de radio CBC, advirtió que el pan es otra fuente escondida de sal en la dieta.  Chabior dice que las tres grandes categorías de comidas que más agregan sal a la dieta son los productos de panaderías, platos preparados como pizza, lasaña, comidas congeladas, sopas, quesos, salsas y condimentos y las carnes procesadas como jamones y embutidos.

Y aunque parezca sorprendente, pan blanco, galletas y panquecitos tienen un alto contenido de sal, aunque no sepan salados, porque el atributo de la sal es que puede mejorar otros sabores y además balancear lo dulce y eliminar el sabor amargo.

Cómo reducir la sal en la dieta

Al conocer todos los riesgos asociados con el excesivo consumo de sal, lo mejor es realizar cambios en la dieta, por muy difícil que parezca.

Chabior aconseja enfocar la dieta en frutas, vegetales, granos enteros, legumbres, nueces y semillas, carne, aves y pescado no procesados y sustituir la sal y agregar sabor con ingredientes como vinagre y jugo de limón, condimentos aromáticos como jengibre, ajo y cebolla y con hierbas frescas o secas y especias. También se recomienda utilizar sazonadores premezclados sin sodio.

Para lograr reducir la sal hay que cambiar el hábito de comprar comida hecha y cocinar en casa, así como buscar formas para reducir o eliminar la barrera del costo y del tiempo que toma preparar comidas saludables, sobre todo porque las comidas procesadas por lo general son más baratas, pero al cambiar bocadillos como patatas fritas o galletas saladas por una fruta, nueces sin sal o maíz reventado es un primer paso.

Saber leer las etiquetas

Al hacer la compra del supermercado, los expertos recomiendan leer la etiqueta con los datos de nutrición donde se halla el porcentaje de sodio en cada producto.
De acuerdo al porcentaje recomendado por día, se puede saber si el producto tiene sal en exceso. Si la comida tiene 5% o menos de sodio, significa que el contenido es bajo. Si el producto alimenticio tiene más de un 15% del porcentaje diario de sodio recomendado, significa que es mucho.

Consuma sal con menos sodio

Hay varias clases de sal y las mismas varían en el contenido de sodio. La sal de mesa finamente molida es más densa y tiende a contener más sodio que la sal gruesa. El contenido de sodio también puede variar de marca a marca, por lo que es importante leer la etiqueta.












contribuye   pixotronmedia
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