Tropezar con la misma piedra

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Boletín No 142 Toronto, 31 de Marzo de 2023
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Tropezar con la misma piedra

Boletín Línea Uno 142 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
31 March 2023
por Sandra Farias

Imagina que hay un pequeño incendio en tu cocina. La alarma de incendios se activa y advierte del peligro a todos los que están cerca. Alguien llama al número de emergencias. Intentas apagar el fuego, quizá incluso tengas un extintor debajo del fregadero. Si no funciona, ya sabes cómo evacuar el lugar de manera segura. Para cuando sales, ya está llegando un camión de bomberos. Los bomberos utilizan la toma de agua de enfrente de tu casa para apagar las llamas antes de que las casas de tus vecinos corran el riesgo de incendiarse.
  
Debemos prepararnos para combatir los brotes de enfermedades del mismo modo en que nos preparamos para combatir los incendios. Si se deja que un incendio arda sin control, representa una amenaza no solo para una casa, sino para toda una comunidad. Lo mismo ocurre con las enfermedades infecciosas, pero a una escala mucho mayor. Como bien sabemos a causa de la COVID, un brote en una ciudad puede propagarse con rapidez por todo un país y luego en todo el mundo”.

Con esta simple analogía a partir de los incendios, el fundador de Microsoft Bill Gates describió qué deberíamos hacer de ahora en más frente al constante riesgo de una nueva pandemia, en un reciente artículo en el New York Times titulado: “Me preocupa que estemos volviendo a cometer los mismos errores.”

A Gates no es al único que le desvela la próxima pandemia. La comunidad científica continúa trabajando silenciosamente en las nuevas vacunas para la COVID u otras cepas desde hace dos años.
Akiko Iwasaki, profesora de inmunobiología en la Escuela de Medicina de Yale, está creando una vacuna nasal experimental con el objetivo de brindar protección inmunológica adicional en aquellos a quienes se les inyectó previamente vacunas de ARNm.

En un artículo reciente publicado en Science, la vacuna se mostró prometedora al parecer para reducir la propagación del virus en los hámsteres, pero su investigación se ha visto obstaculizada por la falta de fondos desde que finalizó el programa Operation Warp Speed de EE. UU.

Eso significa que podría pasar algún tiempo antes de que la tecnología de vacunación contra el COVID se actualice para atacar mejor las cepas circulantes de manera más efectiva para prevenir infecciones, o para una vacuna contra el pancoronavirus que se dirija a todas las cepas conocidas.
Por ahora estamos viviendo como una ventana a mitad de camino, que esperemos no sea el ojo del huracán, ya que, gracias a la combinación de inmunidad generada por las vacunas y los contagios previos, se están evitando olas tan grandes como las de Ómicron.

En lugar de esperar el final, bajar la guardia y pensar que el problema está en otra parte, debemos permanecer alerta, fomentar la máxima transparencia en la notificación de casos, ingresos hospitalarios y muertes y acelerar la vigilancia colaborativa a nivel comunitario.

La Organización Mundial de la Salud ha adaptado sus recomendaciones de vacunación contra el COVID-19 para una nueva fase de la pandemia.
La OMS recomienda ahora que los niños y adolescentes sanos no necesariamente necesitan una vacuna, pero los grupos mayores de alto riesgo deben recibir un refuerzo entre 6 y 12 meses después de su última vacuna. Dijo también que las vacunas y los refuerzos contra el COVID-19 son seguros para todas las edades.

Mientras tanto, dijo que los niños y adolescentes sanos eran de "baja prioridad" para la vacunación contra el COVID-19 e instó a los países a considerar factores como la carga de la enfermedad antes de recomendar la vacunación de este grupo. Dijo que las vacunas y los refuerzos contra el COVID-19 eran seguros para todas las edades.
Pero el principal objetivo es “concentrar los esfuerzos en vacunar a quienes enfrentan la mayor amenaza de enfermedad grave y muerte por COVID-19, considerando el alto nivel de inmunidad de la población en todo el mundo debido a la infección y vacunación generalizadas”.

La agencia de salud definió a las poblaciones de alto riesgo como adultos mayores, así como personas más jóvenes con otros factores de riesgo significativos. Para este grupo, la agencia recomienda una inyección adicional de la vacuna ya sea 6 o 12 meses después de la última dosis, según factores como la edad y las condiciones inmunocomprometidas.
Numerosas investigaciones ya demuestran que la eficacia de la vacuna disminuye rápidamente frente a las subvariantes dominantes de omicrones.

Si bien el refuerzo monovalente original fue 89 por ciento efectivo para prevenir la hospitalización contra ómicron, esta protección se redujo al 66 por ciento después de cuatro o cinco meses. La protección contra las visitas al departamento de emergencias o atención de urgencia se redujo aún más, del 83 por ciento al 46 por ciento. El efecto menguante fue particularmente pronunciado entre los pacientes inmunocomprometidos.

Entre los pacientes considerados vulnerables a la Covid-19 grave, la protección contra la infección disminuyó del 61 por ciento en el primer mes después del refuerzo a solo alrededor del 16 por ciento en el sexto mes. Otro estudio encontró que la protección disminuyó más rápidamente en las personas mayores.

Por esta razón la oficina de Salud de Canadá ya anticipó que permitirán que las personas mayores, inmunocomprometidas y otras personas de alto riesgo reciban una vacuna adicional de refuerzo contra el coronavirus bivalente seis meses después de la anterior.

Como sugiere Gates, la próxima pandemia podría surgir en cualquier lugar, pero sabemos que los países más pobres carecen de los recursos para hacer frente al desafío. Es urgente entonces que los países más ricos den un paso adelante y aporten los fondos. La experiencia con las vacunas para el COVID dejó mucho que desear en este sentido y hoy por hoy los estados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) están más preocupados en la provincia de Crimea que en prevenir otra emergencia de salud global.

Tres años han pasado y en cuanto a vacunas se ha avanzado sólo hasta cierto punto. Por falta de financiamiento muchos proyectos de fabricación de mejores vacunas o mejor distribución de éstas se han postergado o han fracasado. No sabemos bien tampoco donde ni cómo surgió el virus que en menos de dos meses paralizó a todo un planeta.
Quedan muchas preguntas sin respuesta tras esta primera pandemia, pero la lección que perdurará cuando se cuente esta historia a las próximas generaciones es que no hay soluciones individuales, ni países que se salven y otros no. Ante este tipo de desafíos como el calentamiento global y las pandemias, ocurre igual que con los incendios. Gates tiene razón, la ventana es ahora.


Fuentes:





contribuye   pixotronmedia
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