Viñetas Número 129
30 December 2022
por Luis Carrillos
Llegamos a un nuevo final de año, el cual fue demasiado corto para algunas personas o demasiado largo, dependiendo con quien hablemos. Ese fenómeno es el que vemos en los diferentes casos de consejería que tratamos en el Programa de Jóvenes y Familia del Consejo de Desarrollo Hispano (CDH).
Para cerrar este 2022, quiero agradecer por mi trabajo de consejero y hacer un breve reporte.
Varias estudiantes de trabajo social hicieron su practica en el CDH y posteriormente se graduaron. Varias personas encontraron aquí un lugar no solamente para hacer sus prácticas profesionales, sino que además hallaron el espacio para ejercitar sus habilidades en el campo de la consejería y el trabajo social.
Gracias a la tarea colaborativa de los estudiantes el Programa de Jóvenes y Familia realizó 293 sesiones de consejería, desde el 3 de enero al 21 de diciembre de 2022, lo cual nos produce una enorme satisfacción profesional y humana.
Los tipos de consejería que se ofrecieron fueron en una gran diversidad de casos. Podemos mencionar algunos: autoestima, ansiedad, abuso físico, verbal y emocional, autovaloración, relaciones familiares, relaciones de pareja, control de enojo, parenting (habilidades para criar), pena y duelo, conflicto de identidad, cómo prevenir el bullying -abuso y acoso de semejantes, entre otras problemáticas.
Cabe resaltar que no todas las sesiones se hicieron desde nuestras oficinas, ya que es frecuente que acudamos a lugares públicos donde las personas se sienten más a gusto para conversar, como parques o cafeterías en centros comerciales. La flexibilidad de la consejería comunitaria permite atender diversas necesidades sociales y en distintos ámbitos.
Como es mi costumbre, quisiera también hacer un recuento de experiencias, acciones, acontecimientos, situaciones especiales y por supuesto momentos de aprendizaje.
Este ejercicio, mucho a nivel personal, lo resumo como una tarea de una vez al año entre otras de continuidad cotidiana de autocuidado. Me imagino que muchas personas como yo hacen como una revisión de lo que sucedió con sus vidas durante el año.
Práctica de autocuidado
Este cerrar de mi año quiero hacerlo describiendo el papel que a diario las flores y las plantas juegan en mi autocuidado. Con las flores, es una costumbre de práctica diaria con dos componentes, uno el de tomarles fotos cuando veo una o varias en mi caminada matinal diaria. A las que vea y fotografíe, depende de la estación del año. En la primavera, están las lilas, las azucenas, las gladiolas, los lirios, los tulipanes, con su extensa variedad de colores, entre otras especies que no conozco el nombre. Y por supuesto, que no hay que olvidar los cerezos que también florecen en la primavera y que comenté en una viñeta alrededor de marzo o abril.
El otro componente de mi costumbre diaria de mandar un mensaje de buenos días con una de estas fotos hacia las personas más queridas apreciadas como familia y colegas. Con cada foto de la flor que envío, envío un pensamiento descriptivo o una reflexión.
Voy a comenzar con la Pascua, flor de las estaciones de fin de año, otoño e invierno, y que además representa la llegada del final del año: la flor de pascua adorna muchas oficinas, salones y mesas en la comunidad. Esta foto la tomé en un desplegado de varias macetas que estaban a la venta desde adentro de la ventana del supermercado donde hago mis compras. Me atrajo el contraste entre lo rojo de la flor y lo blanco de la nieve en el parqueo. “Esto es estacional,” pensé al tomar la foto.
Flores escogidas al azar
En mi colección de flores en el celular hay cientos y cada una con su propia historia, que invento mientras estoy tomando la foto, dependiendo del lugar donde está la flor, la luz del día y mi estado anímico. Para estas historias voy a hacer uso de las primeras que aparezcan al ver la pantalla de galería de fotos.
La próxima imagen, de acuerdo con la fecha calendario es de la foto que tomé el 2 de septiembre pasado cuando caminaba en el sendero del riachuelo cerca de mi edificio. Lo que me atrajo la atención fue cómo los colores y la forma circular de la flor dominaban el fondo de diferentes tonos verdes. Era un viernes temprano por la tarde y decidí caminar desde la oficina. Había tenido sesiones de control de enojo con un cliente/participante bastante “cabeza dura” como decimos por allá, y necesitaba descansar la mente. Lo blanco del centro que representaba paz, que es lo que sentí en el momento de verlo. Eso blanco, se sobreponía a lo soberbio del color rojizo de la estrella, y lo misterioso del decágono color morado. Esta combinación sobrepuesta sobre el color verde, que para mí representa esperanza, salud y calma. Lo blanco es una explosión benigna de paz.
A este girasol le tomé foto una mañana de agosto a las 5:30 am, época de verano cuando los días amanecen bien temprano a anochecen bien tarde. En cada mañana que voy a iniciar mi caminada diaria, al salir de mi edificio decido la ruta que voy a recorrer y en esta ocasión me encuentro con este girasol expuesto majestuosamente en mi camino, con las hojas verde oscuras como haciéndole la venia. Estaba a la orilla de la acera. Sus combinaciones de colores dominaban el mini paisaje con las nubes blancas cubriendo el azul del cielo que tímidamente se revelaba entre estas.
La red dice que “además de ser llamativo y hermoso, el girasol es una flor que tiene un significado muy apropiado para este contexto pandémico en el que vivimos: la paz. Con colores vibrantes, el girasol proporciona alegría y energía positiva al medio ambiente, por lo que su consumo ha crecido mucho en general, en todo el mundo”.
Ha esta foto le di en llamar La Rosa Libre. Le llamo así porque el jardín estaba detrás de la malla metálica que protege y como se puede ver los rosales están protegidos por esa valla. Esta rosa en cambio creció de una rama que se salió por una de las aperturas y produjo esta rosa que creció fuera de ese encierro. Aunque con peligro de ser atropellada o incluso cortada por manos traviesas.” Esta foto la tome un día antes del solsticio de verano y buscando en mis envíos no creo haberla mandado aun, pero si he compartido otras expresando el respeto que le tengo a estas flores por haberse liberado.
Esta narrativa por supuesto que es un pensamiento, pues en lo real me trae recuerdo de las luchas que las compañeras mujeres libran a diario en diferentes circunstancias: en la familia y la comunidad como lo veo desde mi posición de consejero, en el trabajo y más definidamente en la sociedad. Los medios de comunicación nos informan a diario de lo que sucede en todo el planeta contra la mujer y las luchas que están librando en todos los continentes. Apoyémoslas y luchemos juntos para que sean libres como la rosa.
Para terminar, estos claveles que adornan la sala de mi apartamento y que alegran el ambiente, especialmente en días grises y oscuros como los últimos días, especialmente el 23 de diciembre que entre más oscuro el ambiente, más resaltaban los colores anaranjados complementados por el rojo encendido el centro de esta alegre flor.
De las plantas hablaré poco, sin embargo, su importancia no es menor. En mi oficina hay 6 plantas. De las que conozco por sus nombres, únicamente son dos: el Aloe Vera, y otra que me regalaron y me dijeron que se llama Pasión Rosada. Sus hojitas cuando expuestas directamente al sol se colorean en rosado oscuro; De las otras cuatro plantas, no sé cómo se llaman. Y más que todo cada una tiene su historia, además de servirme como asistentes en mis sesiones de consejería. Traen calma y paz al ambiente de la oficina.
Es de esperar que la paz y la tranquilidad lleguen junto al nuevo 2023 y que desde cada casa o lugar de trabajo hagamos la parte que nos toca para hacerlo mejor.
¡Feliz Año Nuevo!