Furgón de Cola Número 115

Reflexiones, diálogo y comunidad
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Boletín No 115, Toronto, 23 de Septiembre de 2022
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Furgón de Cola Número 115

Boletín Línea Uno 115 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
9 September 2022

por
Rodrigo Briones

En el último tiempo y a raíz de mi trabajo he recibido consultas y comentarios sobre la realidad que deben enfrentar las personas que están abocadas al cuidado de otras personas adultas mayores. Esto me animó a avanzar un poco en este amplio tema. Debiéramos tener en cuenta que todos en algún momento tendremos que cuidar o ser cuidados.

En el mundo, se dedican 16.400 millones de horas diarias al cuidado de personas, lo cual equivale a dos mil millones de personas trabajando ocho horas diarias sin recibir remuneración alguna. (1) A pesar de que la contribución de los hombres al sector ha aumentado a lo largo de los últimos 20 años, según el informe Trabajo y Empleo en el sector de la prestación de cuidados para el futuro del trabajo (2) las mujeres tienen a su cargo el 76,2 % de las horas de este tipo de atención, más del triple que los varones.

Para el 2030 se estima que el número de personas que requieren atención doméstica llegará a los 2300 millones, lo que podría agudizar todavía más la desigualdad de género.

En España la Fundación Alares ha publicado la radiografía emocional de la ‘Economía del Cuidado de Personas’, un estudio del cual se extraen datos como que el 38% de las personas cree que ha empeorado la relación con sus hermanos-hermanas a raíz del cuidado de sus padres, o que el 26% cree que la relación con su pareja ha empeorado por el cuidado de los menores.

Según este análisis, los expertos prevén un exceso de carga de la economía informal, formada por el círculo cercano para el cuidado de personas, lo cual deteriorará las relaciones sociales y empeorará la conciliación de la vida personal, laboral y familiar si no se toman medidas públicas de carácter urgente.

El 54% de los encuestados reconoce recurrir al cuidado de personas mayores, dependientes y/o hijos de manera informal. Además, el 38% considera que ha empeorado la relación con la familia a raíz del cuidado de sus mayores.
Del informe presentado se desprende que las personas cuidadoras sufren un mayor deterioro en sus relaciones personales. Del mismo modo, el 26% cree que la relación con su pareja ha empeorado por el cuidado de los menores, según este estudio. Aunque la mitad de las personas encuestadas reconoce haber pagado sin factura o contrato algunos de los servicios asistenciales, los servicios en los que admiten más informalidad son: planchado y limpieza y cuidado de mayores.

El análisis cualitativo también refleja que son las referencias y recomendaciones del entorno cercano los principales motivos para contratar a personas cuidadoras no profesionales, por encima de otros factores, como el precio.

El rol del Estado

La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores marca un hito en el reconocimiento del derecho a cuidar y ser cuidado. Fue aprobada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en junio del 2015. No todos los países han firmado la Convención.
América Latina ha sido la primera región del mundo con un instrumento regional jurídicamente vinculante para promover, proteger y garantizar el reconocimiento y el pleno goce del ejercicio de los derechos humanos y reconocimiento, y el pleno goce del ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas mayores.

El artículo 12 de la Convención define los derechos de la persona mayor que
recibe servicios de cuidado a largo plazo: La persona mayor tiene derecho a un sistema integral de cuidados, plantea derechos de las personas proveedoras de cuidado.

Los Estados deberán diseñar medidas de apoyo a las familias y cuidadores mediante la introducción de servicios para quienes realizan la actividad de cuidado de la persona mayor, teniendo en cuenta las necesidades de todas las familias y otras formas de cuidados, así como la plena participación de la persona mayor, respetándose su opinión.
En ausencia de políticas públicas sustantivas, este trabajo remunerado o no remunerado se desarrolla en condiciones de desprotección e invisibilidad.

En su mayoría, las personas cuidadoras son mujeres, pobres y/o
migrantes, en la intersección de jerarquías de género, clase y etnia-raza. Poseen poca información sobre en qué consiste el cuidado, lo que obstaculiza el conocimiento y reconocimiento del trabajo de cuidado. En general, responden a capacidades de socialización que obstaculiza el conocimiento y reconocimiento del trabajo de cuidado. En general, responden a capacidades de socialización. El espacio privado del hogar donde se desarrolla el cuidado y las relaciones afectivas que se tejen entre cuidadoras y persona cuidada dificultan la visibilidad pública del cuidado domiciliario. Con consecuencias significativas para las personas cuidadoras, como efecto del encierro, jornadas laborales extensas y déficit de tiempo libre. (3)

 
La importancia del autocuidado en los cuidadores

Un cuidador es toda persona que asume la tarea de cuidar a otra que está limitada para las actividades diarias. Por lo regular, el cuidador suele ser un familiar cercano que brinda apoyo para que el paciente lleve una calidad de vida adecuada, pero, a su vez, ese cuidador continúa desarrollando labores propias del hogar.

Los cuidadores pueden cumplir varios roles que quizás afecten su desempeño y generen conductas desfavorables, como enojo, ansiedad, depresión o, incluso, sentimientos de resentimiento en contra de quienes están cuidando, con repercusiones en la salud física y emocional.

Es prioritario enseñarle al cuidador la necesidad de cuidar de sí mismo. Esto implica tomar tiempo para el descanso, disfrutar de los gustos propios y solicitar ayuda cuando lo requiera. El apoyo y el soporte de los otros miembros de la familia son fundamentales para que el cuidador se sienta tranquilo y no se enferme.

Algunas de las características que se requieren para ejercer el rol de cuidador se resumen en la empatía, el servicio, la paciencia, el saber comunicarse con acierto, la adopción de una actitud de escucha y el positivismo. También es fundamental mantenerse informado y alerta para adelantarse a las situaciones de riesgo y prevenirlas.
En esa relación paciente-cuidador, se genera un vínculo, una conexión tan fuerte, que los cuidadores aprenden a conocer a su paciente y, así, son capaces de diferenciar cuando la persona requiere de una atención especializada. Como diríamos, desarrolla un “sexto sentido”.

Es prioritario enseñarle al cuidador la necesidad de cuidar de sí mismo. Esto implica tomar tiempo para el descanso, disfrutar de los gustos propios y solicitar ayuda cuando lo requiera.

En el contexto de la pandemia, con las limitaciones que hemos padecido y las que podrían aparecer en el futuro es importante evaluar otras estrategias para la asistencia a los controles. Deben tomarse todas las precauciones para prevenir contagios, tanto del cuidador y del paciente.

Es necesario asumir un compromiso desde la incertidumbre de algo completamente desconocido, pero con la fe puesta en que todo será diferente con el pasar de los días. Es importante entender su contribución de cuidador, como el camino para que el paciente logre los mejores resultados. Por último, ayuda bastante reconocer que esta nueva experiencia le permite crecer en el cuidado y fortalecerse a sí mismo en esa humana disposición. (4)

El enfermo y quien le cuida

El receptor del cuidado es una persona con enfermedad crónica.  De acuerdo con definición de la OMS la salud es una totalidad que incluye expresiones de enfermedad y de no enfermedad y contempla al individuo como totalidad expresada a través de un patrón. El conocimiento del patrón es útil para volverse más consciente de su interacción con el todo. En ese sentido la vivencia de enfermedad crónica discapacitante es aquella expresión de enfermedad que se percibe por el individuo y su entorno como una disfunción para cumplir con su rol según parámetros esperados.
Por lo general, esta situación es orgánica y funcional, es permanente y progresiva. Para su identificación es preciso que se reconozca por parte de quienes viven la experiencia que el patrón se ha movido en expresiones de enfermedad crónica por más de seis meses y que la persona con la enfermedad requiere de cuidados especiales o paliativos, que ella o su cuidador familiar se hayan visto avocados a modificar el estilo de vida para responder a los cuidados que se necesitan. Las personas que viven con enfermedad crónica y sus cuidadores son seres activos y trascendentes que tienen la capacidad de crecer en el cuidado.  

La habilidad de cuidado del cuidador familiar es el potencial de cuidado que tiene la persona que asume el rol de cuidador principal de un familiar, o persona significativa que se encuentra en situación de enfermedad crónica. Esta habilidad incluye dos aspectos fundamentales que deben ser reconocidos y valorados: la capacidad de conocer y una voluntad de actuar en función de los desafíos que la persona enferma requiera. (5)

Signos de estrés del cuidador

Una persona cercana siempre me hablaba del síndrome del Dr. Burnaut – y lo pronunciaba con su habilidad por el idioma francés. Al tiempo me di cuenta que se refería a “burnout”. El burnout es un estado de agotamiento emocional, físico y mental causado por un estrés excesivo y prolongado. El agotamiento en el curso de la tarea puede hacer que uno se sienta emocionalmente agotado e incapaz de funcionar en el contexto del trabajo y otros aspectos de la vida.
Como cuidador, es posible que estés tan enfocado en tu ser querido que no te des cuenta que tu salud y bienestar se ven afectados. Hay que prestar atención a estos signos de estrés del cuidador:

  • Sentirse abrumado o preocupado constantemente
  • Sentirse cansado con frecuencia
  • Dormir mucho o no dormir lo suficiente
  • Presentar un aumento o una pérdida de peso
  • Irritarse o enojarse fácilmente
  • Perder el interés en actividades que solías disfrutar
  • Sentirse triste
  • Sufrir con frecuencia dolores de cabeza, dolor corporal u otros problemas físicos
  • Consumir alcohol o drogas recreacionales en exceso, incluidos medicamentos recetados

Demasiado estrés, especialmente durante un tiempo prolongado, puede dañar tu salud. Como cuidador, es más probable que presentes síntomas de depresión o ansiedad. Además, es posible que no duermas lo suficiente o no hagas la actividad física que necesitas, o que no lleves una alimentación equilibrada, lo que aumenta el riesgo de problemas médicos, como enfermedades cardíacas y diabetes.

 
Estrategias para lidiar con el estrés del cuidador

Las exigencias emocionales y físicas que implican las tareas de un cuidador pueden afectar incluso a la persona más resiliente. Si no te cuidas a ti mismo, no podrás cuidar de otra persona. Para controlar el estrés del cuidador puedes tener en cuenta estos puntos:

Acepta la ayuda. Prepara una lista de lo que pueden hacer otros para ayudarte y deja que la otra persona elija qué hacer.

Concéntrate en lo que puedas proporcionar. Es normal que a veces sientas culpa, pero debes entender que nadie es el cuidador "perfecto". Confía en que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones que puedes en todo momento.

Fíjate objetivos realistas. Divide las tareas grandes en pasos pequeños que puedas hacer de a uno. Prioriza, crea listas y establece una rutina diaria.

Conéctate. Busca recursos de cuidado en tu comunidad. Muchas comunidades tienen clases que son específicas sobre la enfermedad que tiene tu ser querido. Habla con tu médico de familia quien podrá guiarte el acceso a los servicios públicos.

Únete a un grupo de apoyo. Un grupo de apoyo de pares puede proporcionar validación y aliento, además de estrategias para resolver problemas en situaciones difíciles. Todos los participantes han pasado por los mismos desafíos.

Busca apoyo en tu red social. Haz es el esfuerzo de mantener la conexión con familiares y amigos que te brinden apoyo emocional sin juzgarte. Destina algo de tiempo cada semana para conectar, aunque sea solo caminar con un amigo.

Fíjate metas de salud personales. Por ejemplo, fíjate la meta de establecer una buena rutina del sueño, incorpora la actividad física como una rutina más. Sigue una dieta saludable y bebe mucha agua.

Problemas para dormir. No dormir bien durante un período prolongado puede generar problemas de salud. Es común que el cuidador tenga que atender a esta rutina especialmente.

Visita al médico. Recibe las vacunas recomendadas y hazte pruebas de detección. Asegúrate de contarle a tu médico que eres cuidador. No dudes en mencionar cualquier inquietud o síntoma que tengas. (6)

Profesionalización de los servicios de las personas cuidadoras

En la tradición de muchos pueblos se mantiene que el cuidado de las personas mayores debe estar a cargo de la familia. Eso representa una ventaja para la persona cuidada pero también una cuota de sacrificio para quien asume el rol de cuidar. Tarea que generalmente cae en la mujer. Este no es un dato menor, en la mayoría de los países la mujer debe asumir la carga de ser una persona cuidadora. Lo cual restringe el acceso al mundo del trabajo remunerado y significa en la mayoría de los casos una carga adicional.

Deberíamos asumir que en algún momento deberemos ser cuidados y también asumir el rol de atender a quien lo necesita. Pero también debemos ser conscientes que no siempre podremos hacerlo. De ahí la necesidad de contar con el auxilio del estado para que esa función sea profesionalizada, con personal adecuadamente preparado y que el costo económico sea asumido por la seguridad social.

Dado los factores de envejecimiento saludable, la población de personas adultas mayores va creciendo proporcionalmente en cada rincón del planeta, la adecuada prevención del impacto en sociedad es una deuda pendiente que debemos asumir como sociedad.

De acuerdo con las conclusiones de la radiografía emocional diseñadas por Alares, “el futuro pasa por la profesionalización. De hecho, el 66% piensa que hay más garantías de calidad si los servicios asistenciales son prestados mediante contrato o factura. Y, para ello, los mensajes clave en los que tiene que trabajar el sector son seguridad y confianza, según el 60% de los encuestados.

Dentro de la Economía formal, hay que destacar la gran proliferación de negocios que permiten comprar tiempo delegando las tareas domésticas diarias y el cuidado de personas mayores. Estas aplicaciones dan la opción de contratar a profesionales para ordenar o limpiar la casa, hacer gestiones administrativas y miles de tareas más de la vida cotidiana. (7)

Volveré sobre este tema en el futuro, si necesita alguna ampliación, solicite información enviando un correo al enlace que figura en el Boletín Línea Uno.

En esta edición, Sandra Farias nos presenta las nuevas terapias para abordar lo que se denomina el COVID Largo, esa serie de síntomas que quienes hemos pasado por la experiencia sabemos lo molestas que son. En una nota que se puede leer aquí nos enteramos en qué lugar se halla la ciencia para ayudarnos a pasar esa experiencia.

Las viñetas de Luis Carrillos están teñidas de docencia, allí nos presenta parte del libro que presentará hace quince años a la comunidad. El histórico documento no ha perdido vigencia y esta es una buena oportunidad para recibir una guía sobre ¿Qué Hacer Cuando?”. En este enlace puede acceder a la nota de Luis.

Esta semana también Luis Carrillos ha estado en la radio. En el Podcast semanal de Línea Uno, que se puede sintonizar los martes de 8 a 8.30 am en ondasfm.ca, Sandra Farias conversó con Luis sobre su actividad en el Consejo de Desarrollo Hispano. Un poco de lo que ha venido haciendo con los jóvenes desde la década del 80 y cómo ha evolucionado en su atención a la familia. Aquí se puede escuchar el podcast completo. Como sucede cuando se le escucha hablar a Luis quisiéramos escuchar más.

Alberto Juan Barrientos se ha vestido de verde para contarnos sobre los desafíos que enfrentamos como humanidad por el uso de la energía en el contexto del cambio climático. Sumado a la acción individual, el acento de la nota, que se puede leer aquí, está puesto en los responsables a gran escala y los gobiernos, que tienen en sus manos cuidar nuestra nave de viaje por el universo.

Septiembre ha sido un mes de reinicio de actividades educativas presenciales sin mascarillas. Ya empezaron las clases en las escuelas de Ontario y seguramente en todo Canadá. Tengo la imagen fija en mi memoria de la cara de felicidad de mi nieta cuando se alistaba para su primer día en el jardín de infantes. ¿Iba ella a un ambiente seguro en el marco de la pandemia? Esta pregunta ronda en muchas personas de nuestra comunidad. Edna Amador nos presenta, en una nota que se puede leer aquí, un análisis que despeja muchos interrogantes respecto de lo que cada familia puede hacer para la protección de sus hijas e hijos en el ámbito escolar.



Fuentes:





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