Furgón de Cola 83

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Boletín No 83, Toronto, Febrero 11 de 2022
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Furgón de Cola 83

Boletín Línea Uno 83 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
4 February 2022

por Rodrigo Briones
 
Repasar cada semana el trabajo que cada uno de los colegas de Línea Uno expone en la edición semanal es una experiencia vivificante. Se hace tan de las cosas de la vida y es esperado por las sorpresas que nos trae.

Esta semana el artículo que escribió Duberlis Ramos, que se puede leer aquí, si bien como él mismo lo dice: “Esto no es nuevo. Paradojalmente, a través de los grandes momentos del homo sapiens … se ubicó al ser humano hegemónicamente en el centro de todo”. Es interesante dejar que esas palabras, sabiamente articuladas, nos provean de una lente para discernir el berenjenal en el que estamos metidos.

En sus viñetas Luis Carrillos suma amigos y se nos invita a valorar la amistad. En su nota que se puede leer aquí, ha convocado a quienes lo acompañan a reflexionar a propósito del Día del amor y la amistad.

Por alguna razón viene a mi mente el caso de Kamila Valieva, la promesa del oro olímpico para Rusia. Ella es una excelente exponente del patinaje artístico sobre hielo, la hemos visto hacer lo hasta ahora imposible. Definitivamente, el brillo deslumbrante de la medalla de oro ha enceguecido a varios. Son quienes decidieron reforzar el natural talento de la joven de 15 años. En una prueba antidopaje tomada en diciembre se habría encontrado una droga que podría darle una ventaja comparativa de frente al resto de los participantes en estos Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing. Todos conforman un grupo humano en pos de un objetivo anhelado por todos, lo más parecido a la amistad.

Sandra Farias ha recopilado la información disponible sobre los efectos a largo plazo de las personas que han desarrollado la COVID 19, hay algunos estudios que muestran la seriedad de esta enfermedad que ha llegado para quedarse entre nosotros, de una forma u otra. La nota completa se puede leer aquí, pero al mejor estilo de los spoilers, esos que cuentan el final, les comparto que la buena noticia es que “el mejor camino es vacunarse con todas las dosis disponibles a su tiempo y evitar por todos los medios posibles el contagio”.

Es esperable que los esfuerzos de todos estén puestos para dar por terminado el ciclo que se abrió hace casi dos años cuando comenzaron las limitaciones a la vida cotidiana de los humanos en todo el mundo. Algunos se vacunan para evitar que el virus continúe su ciclo natural de contagio en nuevos huéspedes para clonarse y permanecer.

Otros usan la pandemia para sus intereses políticos. Leo en las noticias de un medio canadiense que un segundo parlamentario liberal de Quebec rompió filas con el grupo gobernante de Justin Trudeau por las políticas pandémicas del primer ministro y los mandatos de vacunación. El nuevo desertor dijo que está de acuerdo con el otro que criticó la "politización" de Trudeau de la pandemia y las medidas de vacunación durante la campaña electoral del verano pasado. Parece el juego de las viejas Kermeses de barrio, donde ofrecían tirar pelotas de trapo a una serie de latas vacías, que por alguna razón recibían el golpe, siempre. Claro que se abollaban, pero no caían. Un triste espectáculo en viejos carromatos alineados bajo la luz mortecina de bombillas de luces de colores que mis ojos infantiles miran con asombro.

El riesgo es que estos políticos dan razón a quienes piensan que la clase política no resuelve las necesidades cotidianas, que fue la promesa que hicieron en la campaña que los sentó en las curules de Parliament Hill, la sede del gobierno federal de Canadá.

Mientras otras personas surfean las olas de la pandemia, otros atienden a sus responsabilidades, tratando de hacerlas eficiente en medio de las limitaciones que todos hemos venido padeciendo desde hace dos años. En las historias de pandemia de esta edición llega el trabajo que ha realizado en el Consejo de Desarrollo Hispano Lida Velásquez, relato que se puede leer aquí. Su lectura nos permite conocer desde adentro su trabajo y sus desafíos para concretarlo en medio de esta pandemia.

Suena la alarma de mi teléfono, una noticia da cuenta que en la Casa Blanca el jefe de Homeland Security instó al gobierno federal de Canadá a usar sus poderes para anular el bloqueo. Los funcionarios estadounidenses se han ofrecido para ayudar al gobierno de Trudeau a poner fin al bloqueo. Se trata de otra protesta contra las medidas sanitarias por la pandemia que está provocando un efecto dominó en la economía estadounidense y causando una creciente preocupación en Washington.

Esta semana hubo múltiples conversaciones sobre el bloqueo en el Ambassador Bridge, que conecta la ciudad canadiense de Windsor con Detroit en USA. Recordemos que es una ruta por la que transita lo que se comercia entre ambos países. La interrupción ha detenido la producción de automóviles en las fábricas en ambos lados de la frontera. Algunos agitan, como a fines de enero el fantasma de los estantes vacíos en el supermercado.



Mientras tanto en Canadá… los ministros federales destacaron la gravedad de los bloqueos que ahora se han extendido por otras partes del país. “Sabemos que se está infringiendo la ley, y la policía tiene la responsabilidad aquí de restablecer el orden y hacer cumplir la ley,” dijo el ministro de preparación para las emergencias Bill Blair. (3)

Sería bueno que se les advirtiera a los responsables de la seguridad nacional de los Estados Unidos que en esta situación es imprescindible seguir la ruta del dinero para ver cómo se financia la protesta en este país. CBC investigó la composición de los donantes. Más de la mitad estaban ubicados en los Estados Unidos. En conjunto, los donantes estadounidenses contribuyeron con el 63,2 % del dinero donado a la protesta.

Además de apoyo local, es cierto que hay donaciones desde el Reino Unido, Francia, Alemania, Australia y, en último lugar, Nueva Zelanda. Claro, allí están haciendo su propia colecta para la protesta “Canadian style” que ya se está organizando. En Nueva Zelanda, ahora se están viendo intentos de emular el convoy canadiense.

En parte es comprensible que el mundo esté cansado de la pandemia, de las restricciones, sobre todo.  Los gobiernos de turno, sea cual sea su perfil, tienen que lidiar con un sentimiento colectivo que, lamentablemente en algunos casos, se canaliza al mejor estilo Wolf of Wall Street. Si hasta una pileta de sauna se han instalado los muchachos en Ottawa, con parrillas que no paran de asar carnes, parlantes de música y todo un despliegue con vistas a los monumentos. Es de esperar que todo se resuelva pacíficamente.

Es tiempo que aclaremos que no son sólo camiones y camioneros. CBC informó que en el equipo de liderazgo de los manifestantes que se hacen llamar Freedom Convoy se encuentren ex miembros de las fuerzas de seguridad del país: un ex oficial de RCMP que estaba en el equipo de seguridad del primer ministro que renunció el año pasado después de negarse a recibir la vacuna, un ex oficial de inteligencia militar que también trabajó con la RCMP y fue considerado uno de los principales expertos en contraterrorismo del país y un ex militar que, según su perfil de LinkedIn, sirvió en las Fuerzas Armadas canadienses durante 25 años y ahora trabaja como desarrollador de software independiente. (1)

La situación que estamos viviendo no debiera generar zozobra, pues esta siendo monitoreada por sus mismos responsables.

Una fuente provincial, que no estaba autorizada a hablar públicamente, le dijo a CBC que el primer ministro del gobierno de Ontario, Doug Ford, no cree que sean necesarias conversaciones trilaterales entre los gobiernos federal, provincial y municipal de Ottawa, ya que los tres niveles de gobierno se han mantenido en contacto desde que empezaron las protestas.

Un portavoz del procurador general de Ontario agregó en un comunicado que vigilar las protestas es una responsabilidad de los servicios policiales locales. “Los políticos de todos los niveles no pueden dirigir a la policía", dijo Stephen Warner. "Para ser claros: los servicios policiales, incluido el Servicio de Policía de Ottawa, tienen plena discreción y una amplia autoridad legislativa existente en virtud del Código Penal para responder y gestionar manifestaciones y tomar medidas coercitivas, según corresponda, contra cualquier persona que cometa delitos en su jurisdicción". (2)

No puedo dejar de recordar que hace algún tiempo fue la misma policía de Ottawa la que llegó a amenazar con multar a dos hermanitas de 8 años cuando estaban vendiendo limonadas en uno de los predios donde hoy se ha prácticamente tomado el centro de la ciudad, con varios centros de operaciones para suministros de la protesta rodeados por 400 camiones, algo nunca visto.    

Mientras trato de ordenar mis pensamientos con todo lo que está pasando, creo que mi mejor opción es escuchar En Resumen, el podcast de Línea Uno, que semana a semana prepara Sandra Farias y que se puede escuchar aquí. Allí esta lo necesario y siempre bien documentado, justo lo que hay que saber.













contribuye   pixotronmedia
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