Furgón de Cola Número 110

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Boletín No 110, Toronto, 19 de Agosto de 2022
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Furgón de Cola Número 110

Boletín Línea Uno 110 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
19 August 2022

por Rodrigo Briones

En el programa de radio Tarde o Temprano de esta semana (1), mi compañero de micrófono Alejandro Morales hizo una revisión de la vida y del importante trabajo de Sir Ahmed Salman Rushdie, el escritor conocido como Salman Rushdie que aquí les comparto.

  
El apellido Rushdie fue una invención de su padre inspirado por su admiración a Ibn Rušd, un filósofo y médico andalusí musulmán, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina, que en occidente se conoció como Averroes. Otro dato interesante, es que cuando nació Rushdie, el 19 de junio de 1947 en Bombay, esta ciudad era parte del Imperio Británico. Ahora se llama Mumbai y es el centro financiero de la India, una de las ciudades más pobladas del país y el corazón de la industria cinematográfica, conocida como Bollywood.  

El padre de Rushdie era un próspero hombre de negocios criado en la tradición musulmana, pero no creyente. La prosperidad económica de la familia en la India permitió que su hijo se mudara a Inglaterra a los 13 años. Allí estudió en el selecto Rugby School, una de las instituciones educativas privadas más antiguas de Inglaterra y uno de los internados mixtos más grandes del Reino Unido. Luego pasó a la Universidad de Cambridge, donde obtuvo una maestría en historia en 1968. Durante la mayor parte de la década de 1970 trabajó en Londres como redactor publicitario.

Su primera novela publicada, Grimus, apareció en 1975. Seis años después publicó su segunda novela Niñas de Medianoche. Se trata de una fábula sobre la India moderna. Fue un inesperado éxito de crítica y público, que le valió el reconocimiento internacional. Incluso en 2012 se estrenó una adaptación cinematográfica, para la que escribió el guión. Otra novela popular, Vergüenza de 1983, está basada en la política contemporánea en Pakistán.

Las novelas de Rushdie examinan cuestiones históricas y filosóficas, por medio de personajes surrealistas, humor melancólico y un efusivo estilo de prosa melodramática. Su obra combina el realismo mágico con la ficción histórica. Entre sus temas surgen principalmente numerosas conexiones, interrupciones y migraciones entre las civilizaciones orientales y occidentales. Gran parte de su ficción se desarrolla en el subcontinente indio.

Hasta que llegamos a su cuarta novela, Los versos satánicos, que tuvo una recepción diferente. Algunas de las aventuras de este libro muestran un personaje inspirado en el profeta Mahoma y lo retratan tanto a él como a su transcripción del Corán de una manera cuanto menos polémica. Su tratamiento poco convencional y por momentos irreverente de temas religiosos y políticos, lo pusieron en la mira convirtiéndose en una figura controversial.

Después de la publicación de Los versos satánicos en el verano de 1988, las críticas de los líderes de la comunidad musulmana en Gran Bretaña denunciaron la novela como blasfema. Las manifestaciones públicas contra el libro se extendieron a su propio país. India prohibió el libro el 5 de octubre y Sudáfrica el 24 de noviembre. Al cabo de varias semanas, Pakistán, Arabia Saudita, Egipto, Somalia, Bangladés, Sudán, Malasia, Indonesia y Catar también habían prohibido la novela.

En enero de 1989 el líder espiritual de la revolución iraní, el Ayatolá Khomeini, condenó públicamente el libro y emitió un edicto religioso (fatwa) contra Rushdie. Concretamente, se ofreció una recompensa millonaria a cualquiera que lo ejecutara.

Cuenta Rushdie que se enteró de la fatwa por el llamado de una periodista, quien quería saber su opinión sobre esta orden. Su respuesta es que tenía los días contado. Entonces solo atinó a bajar las escaleras de su casa en Londres y cerró con trabas los postigos de sus ventanas y la puerta de calle. A partir de ese momento, el escritor se ocultó bajo la protección del servicio secreto británico, Scotland Yard y, aunque ocasionalmente emergió inesperadamente, se vio obligado a restringir sus movimientos.

A pesar de que Irán ya no busca la ejecución de la orden de matarlo, esta solo podría haber sido revocada por la persona que la presentó, el Ayatola, desaparecido ya en 1989. Al parecer por lo ocurrido recientemente al escritor, algunos grupos fundamentalistas consideran que sigue siendo válida, independientemente de la postura del gobierno iraní.

Paradójicamente, en su libro autobiográfico “Joseph Anton: una memoria”, publicado por primera vez en septiembre de 2012, Rushdie relata el tiempo que pasó escondiéndose de las continuas amenazas a su vida. Este texto, escrito en tercera persona, cuyo título habla del seudónimo usado en su vida anónima huyendo de su asesinato, refiere a dos escritores que admira: Joseph Conrad y Antón Chejov.  Allí cuenta que una publicación en la revista India Today fue "la cerilla que encendió el fuego". El artículo puso de relieve los aspectos más controversiales de su novela, mientras se publicaba una carta abierta de un parlamentario conservador islámico titulada "Señor Rushdie, ha hecho usted esto con premeditación satánica".

En sus libros Rushdie comenta de los gobiernos de los países en los que ha vivido y sobre los extremismos religiosos. “Nunca me consideré un escritor preocupado por la religión, hasta que una religión empezó a perseguirme. La religión formaba parte de mis obras, por supuesto, ¿cómo no iba a ser así en un novelista del subcontinente indio? Pero pensaba que había otros asuntos más amplios y jugosos. Sin embargo, cuando me atacaron, tuve que plantar cara a la agresión y decidir que estaba dispuesto a defenderme frente a una embestida tan ruidosa, represiva y violenta”. (1)

En ese mismo artículo, publicado en el 2005 por el diario español El País, afirma que “… hoy en día, pocos europeos se consideran religiosos: sólo el 21%, frente al 59% de los europeos estadounidenses. En Europa, la época de la Ilustración representó una forma de escapar del poder de la religión para limitar las ideas, mientras que en Estados Unidos fue una forma de escapar hacia la libertad religiosa del Nuevo Mundo, un paso hacia la fe, no una huida de ella. Sin embargo, hoy muchos europeos consideran temible la combinación de religión y nacionalismo que se observa en ese país”.

Mientras lee esta columna, Salman Rushdie sigue recuperándose en un hospital de un brutal ataque en un evento literario ocurrido el viernes 12 de agosto en el estado de Nueva York. Esa tarde un joven de 25 años nacido en California, de origen musulmán subió al escenario donde estaba teniendo una conversación publica sobre literatura y lo apuñaló varias veces. Rushdie, que tiene ahora 75 años, sufrió daños en el hígado y nervios cortados en un brazo y un ojo. A pesar de las graves heridas, su condición ha mejorado y está en vías de recuperación. (2)

Desde el momento que leí de este repudiable ataque no deja de pasar por mi cabeza lo sucedido en la casi medianoche parisina del 7 de enero de 2015, cuando dos terroristas y hermanos musulmanes franceses, Saïd y Chérif Kouachi, irrumpieron en las oficinas del semanario satírico francés Charlie Hebdo, donde mataron a 12 trabajadores e hirieron a otras 11. En esa revista política el idioma era la sátira y en varias ediciones el foco había sido puesto en la fe religiosa de otros.

Entre la intención al expresar una idea y cuál es el impacto que tiene en quien lo recibe, hay se cree nueve formas de extraviarse en el laberinto del entendimiento y perderse. Espero que no le haya sucedido eso en este artículo. ¡Pero vayamos ya mismo a repasar el contenido del Boletín Línea Uno, que ya va por el número 110!
Esta semana la directora del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, dijo que “durante 75 años, la salud pública se había estado preparando para una pandemia, pero nuestro desempeño no cumplió con las expectativas de manera confiable”. (3) Era necesario admitirlo, frente a las consecuencias que dejó la COVID-19 en pérdida de vidas humanas en los Estados Unidos.

Muchas veces, las decisiones sobre políticas de salud pública implican elegir entre dos males. Un reporte de la revista Science de abril de 2020 titulaba “La poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades aumentarán a medida que el COVID-19 obligue a suspender las campañas de vacunación.” (4)

Durante los dos últimos años se suspendieron las campañas de vacunación en curso para hacer frente a este virus y ahora empezamos a ver aparecer otras enfermedades que nos vuelven a poner en alerta. Seguramente, debemos tomar iniciativas personales, porque al final nuestro cuerpo es la última barrera y también el ámbito donde las enfermedades se despliegan.

Desde este espacio, de difusión nos corresponde mostrar las alternativas posibles e informar a la comunidad con datos simples y verificados. Para evaluar la pertinencia de la vacuna contra la viruela del mono, Fernando Rouaux escribió un artículo que se puede leer aquí. Es como en aquella película de Woody Allen: “todo lo que usted quiso saber sobre…”

Como hemos venido diciendo, quizás es tiempo de cambiar los paradigmas cuando de salud se trata. ¡Pero atención!, mejor sería tragar un insecto antófilo antes de pensar que, frente a la crisis en la atención hospitalaria en Ontario, se podría considerar la opción de privatizar el sistema de salud. Creo que debemos conocer primero cómo funciona nuestro cuerpo y qué es lo mejor para hacer frente a cada desafío. Pero siempre con el paraguas de un sistema público de atención de la salud, como el que afortunadamente tenemos en Canadá, que, aunque con algunas deficiencias, nos brinda cobijo por igual.

Ya hemos dicho lo útil de seguir la pista del dinero y en el caso del sistema de salud de Ontario hay mucho que aprender. Edna Amador nos presenta el panorama de cómo los fondos asignados a salud no la mejoran cuando salen del cauce estatal y van a parar a sistemas de prestadores privatizados. La nota completa se puede leer aquí.

Desde abril de 2020 se instrumentó un subsidio para las personas que habían quedado sin trabajo por la pandemia. Fue una gran ayuda para vastos sectores vulnerados. Hubo errores, hubo quienes recibieron el subsidio y no cumplían las condiciones. En muchos casos, ahora se les está pidiendo que devuelvan el dinero recibido. Quien haya completado un formulario de alguna repartición estatal, sabe que las preguntas no son fáciles de responder y en este caso, las equivocaciones son costosas. Para tener en claro cómo proceder aquí hay una nota que preparó Usua Marcela Bohórquez.

Las viñetas de Luis Carrillos de esta semana tratan de compartir una experiencia histórica y relevante del trabajo con jóvenes de la comunidad que hoy ya ocupan posiciones personas electas al integrar el directorio del Consejo de Desarrollo Hispano. La nota completa se puede leer aquí.

Mientras escribía este artículo, escuché el podcast de Línea Uno Radio, que se sintoniza todos los martes a las 8 am por Radio ondasfm.ca. Esta semana, además de las noticias con Sandra Farías, una entrevista para informarnos de los servicios de asentamientos para familias inmigrantes del Gran Toronto, con María Mesa Rodríguez, trabajadora de Catholic Cross Cultural Services.

Por último, para este fantástico fin de semana, Línea Uno le recomienda una serie y una película de Netflix, le invito a leer aquí de qué se trata la oferta que se puede encontraren un conocido servicio de streaming. Si compartió nuestro gusto por las propuestas, díganos su opinión, Si tiene algún comentario para mejorar nuestra tarea, escríbanos desde este enlace: https://www.hispanic-council.ca/lu_08/lineauno-bol-107/contactarse.html o por el email info@hispanic-council.ca           

Nuestro correo está abierto para recibir aportes que nos acompañen en la tarea de comunicar sin ofender, que se entienda y que sea útil para nuestra vida en comunidad.



Fuentes:




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